Bakú (Azerbaiyán), 14 de noviembre de 2024 – En medio de las emergencias provocadas por inundaciones que afectan a diferentes regiones en Colombia, la ministra de Ambiente y presidenta de la COP16 de Biodiversidad, Susana Muhamad, propuso un plan financiero e hizo un llamado contundente sobre la magnitud de los costos desencadenados por los desastres climáticos y la urgente necesidad de reformar el sistema financiero global para apoyar a los países en desarrollo.
“Los primeros seis meses de 2024 han costado 41.000 millones de dólares en pérdidas relacionadas con el clima y esto con un aumento global de apenas 1,1 grados Celsius. Nos enfrentamos al primer año de 1,5 grados, y el costo de la inacción aumentará exponencialmente si no intensificamos las acciones de mitigación y adaptación”, declaró Muhamad en el 6º Diálogo Ministerial en Finanzas Climáticas, realizado en el marco de la COP29 de cambio climático en Bakú.
La ministra de Ambiente de Colombia y presidenta de la COP16 de Biodiversidad, Susana Muhamad, en representación del Gobierno de Colombia, señaló que la crisis climática en 2024 ha generado graves inundaciones en el país, que dejan más de 232.000 damnificados y pérdidas millonarias, por ende, es necesario que se consolide un nuevo plan financiero como un pacto global frente a la crisis climática.
Con un llamado a la comunidad internacional, Muhamad subrayó la necesidad de establecer un nuevo plan financiero cuantificado y justo, adecuado a la realidad climática. Este objetivo debe reconocer que, a menor inversión en mitigación, mayor será la necesidad de destinar recursos para compensar las pérdidas y daños y reveló que el acceso a capital para los países más afectados por la crisis climática es dramático.
“Nuestro acceso al capital cuesta 10 veces más que el de cualquier país desarrollado debido a la crisis de deuda. Esta falta de acceso limita la inversión en una transición justa“, explicó, destacando cómo las evaluaciones de riesgo aumentan los costos financieros y limitan el desarrollo de proyectos de sostenibilidad en países en desarrollo, los más vulnerables al cambio climático, como Colombia.
Muhamad llamó a una reforma urgente del sistema financiero ante la crisis de deuda y la urgencia de mitigar los impactos del cambio climático, que se ha agudizado en países como Colombia y recalcó que con un aumento de 1,5°C de la temperatura de la Tierra este año y sin una acción contundente, la situación se empeorará.
La propuesta del nuevo plan financiero basado en el decálogo climático del presidente, Gustavo Petro, plantea, entre otros, establecer un pacto de alivio de deuda de 10 años y una mayor inversión pública para garantizar una transición justa en países en desarrollo, los más afectados por los desastres naturales causados por la triple crisis.
Propuesta del nuevo plan financiero
La ministra propuso cinco puntos clave para transformar la financiación climática de manera equitativa:
- Un pacto de alivio de deuda a 10 años que permita a los países en desarrollo invertir en la transición climática.
- Cambios en las políticas de los Bancos de Desarrollo Multilateral (NDBs) para facilitar el acceso a recursos.
- Implementación de impuestos globales que movilicen capital privado y lo conviertan en financiación pública.
- Distribución directa de fondos a los espacios fiscales nacionales en lugar de agencias de desarrollo que, según Muhamad, complican la transparencia.
- Transparencia y un incremento drástico de la inversión pública como base para apalancar la inversión privada en acciones climáticas.
Finalmente, la ministra Muhamad, instó a la comunidad global a replantear sus políticas financieras en beneficio de un plan financiero para abordar el cambio climático de una manera justa y eficaz. “Es hora de que se establezca un nuevo objetivo equitativo y justo de financiación para enfrentar esta crisis climática. Solo podremos hablar de justicia climática si multiplicamos la inversión pública y facilitamos el acceso al capital para los países en riesgo, de no revertir la trayectoria actual, el mundo se dirige hacia un aumento de temperatura de hasta 3 grados Celsius, lo que acarreará devastadores costos económicos y sociales para todo el planeta”, concluyó.
Mientras el compromiso actual de financiación climática, que finaliza en 2025, es de 100.000 millones de dólares anuales, solo en los primeros seis meses de 2024, las pérdidas por clima extremo sumaron 41.000 millones de dólares, ante esta insuficiencia el país apoya la propuesta del G77 exige elevar este compromiso a 1,3 billones anuales.