Buenos días a todos. Me gustaría empezar dando mi más profundo agradecimiento y reconocimiento al Ministro de Ecología y Ambiente de China. Me gustaría que le demos una gran ovación después de su mandato de seis años, porque ha asumido la dirección de este proceso con sensatez. Gracias a ello, pudimos aprobar el marco mundial de biodiversidad de Cumbia y Montreal. Sin duda, no fue una tarea fácil y, desde luego, fue un paso muy importante que nos ha permitido ver la luz en cuanto a las capacidades que disponemos para recuperar y preservar la naturaleza.
Distinguidas delegaciones, quiero darles las gracias por depositar su confianza en Colombia para asumir la responsabilidad de ser anfitriones y presidencia de esta reunión tan importante. Es un profundo honor para mí tomar la palabra en nombre del Gobierno de Colombia para dirigirme a ustedes en calidad de presidenta de esta COP16, la COP de la Gente.
Las negociaciones que se culminaron con la aprobación del marco Kunming-Montreal fueron sumamente intensas. No podemos quitar mérito al sentido de compromiso que ello conllevó. No es un proceso ordinario, ni se trata meramente de planes nacionales que establecen metas, sino que exige una implicación importante de toda la sociedad y de todo el Gobierno. Proteger, conservar y rehabilitar la naturaleza no es solo competencia de los ministerios de medioambiente. Se trata, de hecho, de una revolución de nuestro estilo de vida en el planeta.
Tenemos que movilizar a todos los sectores, y desde la presidencia de este convenio tenemos que regirnos por este marco común que todos convinimos en 2022 para revolucionar cómo vivimos y cómo llevamos a cabo nuestra economía. Sin duda, sería extraordinario. Y no me cabe duda de que es este foro, el CDB, el que puede desencadenar esa reforma. Tenemos una ventaja política. Personas de toda condición, de todos los sectores de la sociedad, de las zonas urbanas más pobladas, de las zonas más remotas, rurales, tienen una relación con la naturaleza porque la naturaleza somos nosotros.
Es un sentimiento casi espiritual de la humanidad que nos puede permitir recuperarnos y forjar un propósito común que debe ser al menos tan importante como la descarbonización y la transición energética y las cuestiones de seguridad, porque rehabilitando los ecosistemas podremos crear la seguridad que necesitamos para todas las personas, no con armas o con genocidios ni guerras. Tenemos que reconectarnos con la naturaleza y sólo así podremos recuperar el sentido de la humanidad y dar brillo a los valores de multilateralismo que lograron que se fundasen las Naciones Unidas y otros foros multilaterales. Es una ardua tarea, no se trata meramente de negociar temas de la agenda, no se trata de convenir en términos que van a incluirse en documentos.
El Gobierno de Colombia ha establecido estas condiciones para que podamos cumplir con ese cometido. Hay negociadores que se han dedicado a este proceso, algunos más de un decenio, y están aquí presentes, diplomáticos que han dedicado su vida a intentar entender a los demás, a pesar de que las culturas, las realidades y las condiciones geopolíticas de los países son distintas. Es un mundo muy difícil y desigual. Las instituciones multilaterales existentes son fruto de estos esfuerzos, pero nos están separando. Las comunidades, los activistas y el sector privado ya entienden que se puede llevar a cabo otra economía en el mundo. El Gobierno de Colombia nos ha permitido reunirnos aquí y forjar esta coalición de voluntad, una coalición para hacer la Paz con la Naturaleza como un propósito estratégico fundamental.
Tenemos que trabajar de manera mancomunada sobre la base de principios, y para ello tenemos que ser plenamente transparentes. Tenemos que poder deliberar de manera sincera. Es normal que sea difícil acordar algunos elementos en estos procesos multilaterales, pero hay que estar dispuestos a llegar a fórmulas de convergencia, y esto será fundamental para el éxito de esta conferencia. Tenemos que cumplir con las promesas hechas. Esto es lo primero, y no solo en materia de financiación. Esto es la punta del iceberg, y ahí quedan patentes las relaciones desiguales.
Tenemos que confiar los unos en los otros y después veremos cómo podemos ponernos de acuerdo. Se necesita de su liderazgo y apertura para cumplir esta responsabilidad común. Y, por otro lado, les transmito el llamado de la mesa que se reunió ayer. No nos distraigamos. El planeta no se puede permitir el lujo de que perdamos tiempo. Centrémonos en las cuestiones de fondo de las negociaciones, que sean los presidentes y los copresidentes, que de hecho cuentan con una dilatadísima experiencia, nos propongan soluciones para avanzar. Así tendremos tiempo para discutir lo más importante y lo que tenemos que acordar y avanzar en los debates sobre metodologías y procesos de negociación. Es importante contar con normas claras, por supuesto, y de participación justa. Claro que sí, pero todos tenemos que contribuir a este proceso con ese espíritu.
Tenemos que ponernos de acuerdo para que esta COP sea exitosa en al menos cinco temas. Primero, el programa de trabajo para los pueblos indígenas y las comunidades locales. No se trata de una cuestión de procedimiento. Significa reconocer el poder político a quienes están en la vanguardia de la crisis de la biodiversidad y quienes también pueden abanderar las soluciones. Se debe reconocer que tenemos diferentes sistemas de conocimiento y que todos los sistemas y todas las culturas son necesarios. Tenemos que contar con la experiencia ancestral de la humanidad en esta tierra para poder lidiar con estas incertidumbres. ¿Cómo podemos devolver el poder a la naturaleza?
La decisión sobre el DSI. El Gobierno de Colombia, la Presidencia entrante y la Secretaría han trabajado para dar a conocer este tema entre las partes. Además, se trata de un proceso estratégico. Quiero dar las gracias a los presidentes del Grupo de Trabajo que han realizado consultas extraordinarias en esas reuniones y entre periodos de sesiones. Pero esto no es solo una decisión del CDB. Yo creo que esta decisión sobre el DSI podría abrir la puerta a otras discusiones en otros convenios. La decisión es clara, pero sí que da la puerta a la innovación que se podría tener en cuenta en las reuniones sobre desertificación y cambio climático. Puede llenar el camino y abrir la puerta a nuevas posibilidades, y es lo que necesitamos ante esta crisis.
Otra decisión en materia de financiación. Nos faltan fondos. Todos estamos de acuerdo en que necesitamos nuevas fuentes de financiación. Además, ya está esa financiación establecida en las metas del Marco Mundial de Biodiversidad, como en Montreal, pero necesitamos herramientas para materializar estos compromisos, porque esto es esencial. Así se podrá dar cumplimiento a las decisiones que adoptemos en este foro. Esto es fundamental también para forjar confianza. También necesitamos un sistema de seguimiento.
Tenemos que acordar los parámetros en este sentido para que no perdamos tiempo en saber si uno está cumpliendo con lo prometido o no. Esto no debe ser percibido como una imposición del multilateralismo a cada Estado. Tiene que ser un acuerdo colectivo para que podamos rendir cuentas de manera transparente a la ciudadanía. ¿Estamos cumpliendo con lo prometido o no? Así podremos saber cómo podemos intensificar nuestros esfuerzos y crear más solidaridad y nuevos mecanismos. Espero que también podamos acordar este punto. Y también vamos a hacer un balance, porque en esta conferencia de las partes queremos asumir una responsabilidad y rendición de cuentas plenas con la ciudadanía del mundo.
Junto con la Secretaría, hemos trabajado para dar mayor visibilidad al CDB y al Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal en la esfera política. Es la conferencia que más periodistas acreditados tienen. También contamos con una participación sin precedentes de delegaciones. Esto significa que tenemos que lograr resultados colectivamente. Les doy a todos la bienvenida, de todo corazón a Cali, al Pacífico colombiano y a esta decimosexta Conferencia de las Partes.